«Me pasé más de la mitad de mi vida preocupándome por cosas que jamás ocurrieron» (Winston Churchill)
Hace unos días hubo más de 70 muertos al terminar un partido de fútbol, en Egipto.
En junio de 1968, no en Egipto, sino en River, y no por una pelea entre hinchadas, sino por una avalancha, hubo también tantísimos muertos al terminar otro partido de fútbol.
Esa vez, cuarenta y tantos años atrás, hubo un accidente terrible en el estadio de River a la salida del súper clásico Boca-River, cuando se produjo una avalancha en la puerta 12, en un episodio bastante confuso.
En ese entonces yo era muy chica y el fútbol era un tema desconocido en mi casa. Más allá de lo que escuchaba hablar a la gente a mi alrededor, para mi, todo quedaba en el hecho de que al final de un partido de futbol, habían muerto más de 70 personas. Mis pensamientos, esos si los recuerdo bien, se trasladaban al hipotético caso en que ya grande, casada y con hijos… cómo iba a sufrir cuando ellos fueran a la cancha! y que iba a hacer yo si a ellos les pasaba algo así.
De una manera un poco morbosa, cada vez que pasábamos por River, miraba la fatídica puerta 12, que pasó llamarse puerta L, como si con eso se pudiera borrar el horror de lo que había pasado y por muchísimos años, siempre se veían flores arrimadas a esa puerta.
Las investigaciones del caso, quedaron en la nada. Oficialmente nunca se dijo cual había sido la causa de la avalancha, si las puertas estaban cerradas y solo fue un amontonamiento trágico de gente, o si la policía que estaba en la puerta había impedido la salida. La causa se cerró y la verdad creo que nunca llegó a decirse.
Las vueltas de la vida, hicieron que me casara con alguien que vivía ajeno al fútbol y ni siquiera tenía idea de lo que hacían 23 personas corriendo detrás de una pelota, y los monstruos también crecieron en la misma ignorancia, ajenos a esa pasión de multitudes. Jamás pisaron una cancha a no ser que fueran a un concierto, y el fútbol jamás fue un tema en nuestra casa. Hoy, tantos años después, no puedo pasar por ahí sin que me acuerde de aquello. Ya nadie deja flores, supongo que los años habrán tendido un manto de olvido, y para quien haya tenido un familiar o un amigo muerto ese día, será algo así como parte del anecdotario familiar. La mayoría de los que murieron eran chicos jóvenes, y ya no deben quedar madres que les lleven flores, ni hubo hijos que los llorasen. La vida sigue.
Como muchos, supongo, y desde chica, todavía me pasa de andar preocupándome por cosas que nunca van a suceder. A pesar mío, y sabiendo que tanto pensamiento hipotético es pérdida de tiempo y de energía, no siempre logro escapar de esa tendencia a vivir las cosas por adelantadas y sufrir por algo que seguramente nunca va a pasar, salvo en mi mente. Si pasan, ya habrá suficiente sufrimiento en su momento… ¿Para qué vivirlo por adelantado? Pero, aun sabiéndolo, no siempre lo puedo evitar.
Y vos, sos de hacerte la película, generalmente mala, de cosas que finalmente nunca van a suceder, o podes ir por la vida sin anticipar situaciones que seguramente no vas a vivir, o conversaciones que jamás vas a mantener?
24 comentarios
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febrero 7, 2012 a 8:44 am
Ann
Una vez leí algo como «mejor me sigo preocupando, debo tener poderes de anulación, porque todas las tragedias que me imagino no suceden!»
Si te sirve de algo, yo también me armo unas historias mezcla de ciencia ficción y cine catástrofe, y después me río de mí misma.
Lo de la puerta 12 fue TERRIBLE! Siempre me intrigó y me interesó.
Un beso
febrero 7, 2012 a 9:45 am
Ana
Está muy buena esa idea de los poderes de anulación. Si al menos tanta energía y tiempo puestos en algo que es incierto (ficción?) sirve para evitarlo, tuvo algún sentido…pero no creo que funcione así 😦
Quizás finalmente uno aprenda? Yo no puedo pasar por la puerta de river sin que eso se me venga a la memoria. Fue terrible, y por lo que estuve leyendo, la causa se «cerró» sin encontrar que pasó.
Un beso
febrero 7, 2012 a 11:02 am
Myriam
A mi dificilmente me vas a encontrar en esos lugares multitudinarios sean canchas o recitales o lo que sea y si lo haces, porque estoy en alguna manifestración, búscame en las últimas filas, cerca de las bocas de salida.
Y sobre lo de preocuparme por anticipado, soy de las que no…..
Un beso
febrero 7, 2012 a 12:45 pm
Ana
Hola Myr! Creo que los congestionamientos de gente son una buena razón para decidir ir en la dirección contraria… aunque ir a un buen recital también tiene su encanto. 😉
Que bueno que puedas escaparle también a las preocupaciones por anticipado, supongo que será según los temas, con algunos nos enroscamos más que con otros, pero es un buen ejercicio tratar de mantenerse en el aquí y ahora, aunque no siempre lo logremos. Buenísimo que lo logres!!
Un beso
febrero 7, 2012 a 11:02 am
Myriam
Pobre toda esta gente masacrada, como los jóvenes que murieron en Cromañon, etc
febrero 7, 2012 a 12:46 pm
Ana
Terrible que pasen estas cosas, sobre todo cuando son por negligencia o errores fatales que se hubieran podido evitar.
febrero 7, 2012 a 12:40 pm
Patricia
Muy bueno el post Ana. Yo suelo armarme historias (generalmente feas) pensando que eso es una preparación por si suceden. Visualizo el momento, me pongo en el medio de la película y sufro un montón. Nunca sucedió nada de lo imaginado y reconozco que es un gasto de energía totalmente improductivo, pero ……. no puedo evitarlo. Tenemos mucho que aprender de los orientales, del aquí y el ahora, pero, nacimos en Occidente. Besos
febrero 7, 2012 a 12:51 pm
Ana
Veo que no soy la única protagonista del cine catástrofe de su propia vida! si al menos, como dice Ann, sirve como conjuro contra lo que puede suceder… pero tampoco vale le pena tanta energía mal puesta.
Haber vivido algo en la mente, servirá como preparación para el momento en que realmente pasen? Estoy tratando de repasar algo asi en mi historia personal, y no me acuerdo! … será que con el tiempo nada fue tan grave como lo imaginamos?
Un beso
febrero 7, 2012 a 2:35 pm
Gamar
Supongo que debe ser más de mujeres eso de preocuparse por todo. Será el instinto por cuidar a su prole. En mi caso está muy muy lejos de sucederme. Al contrario, hice tantísimas cosas, que después de hechas me llevaron a decir que estaba loco, que podría haber pasado esto o aquello. Y lo peor, es que las sigo haciendo.
Fui a la cancha, fui a multitudinarios recitales, trabajé en torres de comunicaciones de mas de 100m de altura (comencé por gusto y se convirtio en trabajo, pero cuando me di cuenta lo dejé) crucé un brazo del Paraná en una balsa de troncos, que se desarmó justo al llegar y montones de locuras más que no recuerdo en este momento.
Sin dudas somos diferentes.
Beso
febrero 7, 2012 a 3:06 pm
Ana
En ese sentido, de ser algo temerarios, quizás las mujeres (algunas) sean más precavidas, será seguramente el instinto de cuidar. Pero que les pasa a los hombres con esa situación que se da , por poner un ejmeplo, cuando imaginas que vas a tener una gran discusión con alguien, y anticipás lo que le vas a decir, y lo que te va a responder, y armás una interminable conversación donde decis esto y aquello y todo se arma en tu cabeza, y cuando llega el momento real en que enfrentás al otro, no pasa nada de lo imaginado, la situación no tiene la magnitud de lo imaginado, era uno mismo subiéndose a la moto equivocada. Nunca te pasa eso? Es cosa de mujeres?
Beso
febrero 7, 2012 a 3:25 pm
Gamar
Si, eso si me pasa todo el tiempo, hasta me agarro a las piñas en los planes y después no pasa nada.
Hasta hice un post una vez donde comentaba mis discusiones mentales conmigo. Pero basta de darles letra a los que dicen que estoy loco.
febrero 7, 2012 a 3:44 pm
Ana
Ya ves.. será como dicen, que de poetas y locos todos tenemos un poco! 😉
febrero 7, 2012 a 8:03 pm
Asun
Con decirte que tengo una amplísima filmografía, está todo dicho jajajaja.
Me preparo unos guiones que ni los mejores directores de Hollywood. Luego normalmente no llegan al rodaje.
Fíjate que estoy por presentarme a los Oscar a ver si me dan una estatuilla!!
Un beso
febrero 7, 2012 a 9:46 pm
Ana
Me parece que la competencia para esos premios va a estar peleada, no? 😉
un beso
febrero 8, 2012 a 11:22 am
Any
Muy peliculera, muy! Es algo que tengo que superar y según parece me va a llevar varias encarnaciones.
Siempre recuerdo algo que escuché por ahí: «espera para cruzar el puente hasta que llegues a el». Yo cruzo siempre una semana antes …
=S
besos
febrero 8, 2012 a 3:41 pm
Ana
Nos pasa a todos, entonces! Cuando estamos en un momento de calma, nos recordamos eso, esperar llegar al puente para cruzarlo… pero cuando algo nos afecta, imposible acordarnos de eso en ese preciso momento. Qué festival de cine nos haríamos entre todos, no? 😉
Beso
febrero 8, 2012 a 5:51 pm
Myriam
aaaaaaayyyyyyyyyy perdón por el despiste y la pasada de día: ¡¡¡¡¡Muy feliz Cumple!!!!! ) ¡¡¡Y mil gracias a ti por tus felicitaciones adelantadas que me dejaste en la entrada del cumple del año pasado!!!
Besos y abrazos
febrero 8, 2012 a 7:24 pm
Ana
Esta vez te voy a saludar en el día, no por adelantado 😉
Y muchisimas gracias por lo del mio! Lo pasé bomba!
Besos
febrero 8, 2012 a 11:07 pm
Lola
Acá otra peliculera! Pero, toco madera, ahora que estoy en una situación muy estresante en mi laburo, ya imaigné mil tragedias y por ahora todo va bastante tranqui (de vuelta toco madera sin patas!)… entonces me pregunto si no estará bueno, por eso de los poderes de anulación que decía Ann, y creo que sí, la cosa funciona bastante así… el tema es si hacemos negocio estando angustiados anticipadamente una semana, o un mes, por algo que pasa en pocas horas, aunque sea malo… y no sé!
Ojo, a veces me pregunto si eso de los poderes de anulación no funcionan también para lo bueno, porque en general lo bueno que uno imagina (o lo muy bueno digamos) no se da así (algunas veces mejor, pero son las menos!)
Besos!
febrero 9, 2012 a 1:59 pm
Ana
A mi me molesta, cuando pasa el momento, ver que todo el tiempo que me angustié por algo que finalmente no fue tanto, fue pérdida de tiempo y de energía.. y me prometo a mi misma no hacerlo más, claro que nunca lo puedo cumplir. Los buenos propósitos duran hasta que me enrosco en algo nuevo. La diferencia con las cosas buenas, será que esas las tomamos como fantasías, y no como problemas (reales o ficticios)? y quizas por eso no las contamos tanto. Los poderes de anulación deberían ser selectivos: anular lo malo y favorecer lo bueno… 😉
Un beso
febrero 9, 2012 a 12:28 am
Vesper
Yo en vez de preocuparme por algo que no pasara, soy mas bien de los previsores, me gusta estar al detalle y muchas veces pierdo el tiempo en detalles que no me sirven para nada, preveo tanto que cuando pasa lo que tuviera que pasar a veces es insignificante y yo hice tooooodo un tema , pero otras veces tanta prevision es muy pero muy util, por eso finalmente lo sigo haciendo.
Besossssssssssssssssssss
febrero 9, 2012 a 2:03 pm
Ana
Eso suena bien, porque no dejás detalle fuera de control o al azar…algo asi como preveer todo de antemano y saber como actuar según las distintas cosas que van pasando. Quizas sea muy bueno para una entrevista laboral o una reunión de negocios, tener todas las alternativas posibles ya pensadas, para que nada nos agarre por sorpresa y sin saber que responder…. lo único que no termine siendo que cuando me aprendí todas las respuestas me cambiaron todas las preguntas! 😉
Beso
febrero 9, 2012 a 8:29 am
Kira
Estoy entrenando mi mente en este preciso momento. Muy buen post, creo que además de una elaboración personal, llama a la responsabilidad social. Saludos!
febrero 9, 2012 a 2:08 pm
Ana
Yo también ando entrenando mi mente, pero a veces (todavia me pasa) llegado el momento, me olvido de todos mis buenos propósitos de vivir el aquí y ahora, y me enrosco una vez más. Una manera de hacerlo, lo leí en un libro sobre el «ahora», es ponerse a «escuchar» lo que dice la mente, esa radio interna a veces dificil de callar, y eso automáticamente corta el pensamiento. Solo que al rato se vuelve a encender 😦
Beso